lunes, enero 30, 2006

Consejos para la amiga de Mr. Azul

Prioridades, objetivos, sueños... cada cual tiene los suyos. A veces irrealizables tanto por uno mismo como por un grupo de personas. Pero son los personales los que tienen más valor que todos los demás. Por eso es tan difícil resistirse a abandonarlos. Cuando no queda otro remedio que hacerlo, un gran hueco en nuestro interior lo reemplaza. Y por eso hay que luchar más denodadamente para alcanzarlos. Aunque nunca se consigan hay que tratar por todos los medios no cejar en el empeño. Una y otra vez, y otra y otra.

Cuando el tema es aunar esfuerzos para formar pareja... todo lo anterior se multiplica exponencialmente, y esa es la razón por la que se necesita la compañía adecuada para el gran viaje. Si no se tiene, el naufragio está asegurado. La búsqueda de compañía puede llevar sólo un instante en ocasiones, pero las más de las veces, es necesario mucha paciencia e incluso (en ocasiones demasiado) ensayo y error. Pero también la gracia del "juego" reside en el "juego". Todo lo que realizamos a lo largo de nuestra existencia, tanto las buenas, como sobre todo las no tan buenas experiencias nos ayudan a conocernos mejor y a conocer mejor a los que nos rodean.

¿Y cómo saber si la elección es la acertada? La respuesta correcta es que no se sabe nunca... al 100%. Pero la especie humana no ha sido "creada" en tales términos de perfección. Al menos tenemos las herramientas necesarias para discriminar bastante bien lo que nos conviene y lo que no. Si se escoje a una persona con la que no se comparten ni prioridades, ni objetivos... ni tan siquiera un sueño... no creo que pueda ser la opción más adecuada.

Todo lleva su tiempo pero... "Hemos olvidado que nuestra única meta es vivir y que vivir lo hacemos cada día y que en todas las horas de la jornada alcanzamos nuestras verdadera meta si vivimos..."

Además... ¿cuál era la finalidad de la vida de una persona? Creo que es pasar "su" tiempo lo mejor posible, lo que implica que debe pasarlo en la mejor compañía posible siempre que le sea posible.

JULIUS ESCRIBE UN CUENTO CORTO

Hoy Julius se ha levantado con una obligación que se ha impuesto a sí mismo, va a escribir un relato corto. A Julius no le gusta escribir, lo que realmente le gusta a Julius es no hacer nada. Cuando Julius no hace nada, realmente no hace nada. No lee un libro, no vagabundea por las calles, no habla con nadie, no piensa en nada, sólo está tumbado con música de fondo. Tiene música de fondo porque Julius cuando no hace nada, no le gusta ni tener que escuchar un solo ruido.

Hoy Julius se ha levantado y se ha impuesto a sí mismo escribir un relato corto, a Julius no le gusta que otra persona le imponga algo. De pequeño solía tirarse por las escaleras para lesionarse y tener que llevar muletas, así la profesora de matemáticas no podía llamar a Julius al encerado. A Julius no le gustaba que le llamaran al encerado, ni siquiera le gustaba que llamaran encerado a la pizarra. Así que Julius decidió tirarse por las escaleras, directamente hacia abajo, primero cerraba los ojos y luego se inclinaba poco a poco hasta que la fuerza de gravedad hiciera el resto, a Julius le gusta la física. Julius se tiraba escaleras abajo por no ir al encerado. A veces se hacía más daño del que él esperaba, y otras apenas se hacía unos rasguños sin importancia, pero Julius es consecuente con sus ideas, no se desalienta ante nada, cuando decide hacer algo, lo hace hasta el final. Cuando se tiraba escaleras abajo y alguno de sus miembros se enredaba con los travesaños de la escalera, subía cojeando y volvía a tirarse hasta acabar con su labor. Julius es muy cumplidor.

Hoy Julius ha decidido escribir un relato corto, como los melangistas ya saben, Julius ha acabado con el maldito clip de ayuda de Microsoft Word, esta victoria moral le ha hecho tomar confianza en si mismo, de hoy no pasa, hoy va a escribir un relato corto.

Julius es un escritor vocacional, solía pasa horas y más horas delante de un folio en blanco sin escribir una sola palabra. Hasta que decidió pasarse a la tecnología digital, y desde entonces se ha pasado horas y más horas delante de una pantalla en blanco sin escribir una sola palabra. Los escritores vocacionales no tienen porque escribir. Julius tiene esto muy claro.

El paso de ser escritor vocacional a escritor en apto es muy sencillo en apariencia, y ese es el gran problema de Julius. Julius odia las apariencias. Una Navidad cuando era pequeño, justo después de acostarse, Julius escuchó un ruido extraño, salió de su cuarto y vio a un hombre de espaldas dejando unos paquetes junto al arbolito torpemente decorado. Julius sabe que Papa Noel no existe, así que se acercó lentamente y prendió fuego al traje de aquel impostor. Ese año Papa Noel no le dejó mas que restos de un juguete de plástico quemado, eso sí, los reyes Magos le dejaron un tren eléctrico, pero Julius tuvo que ir al hospital, donde se recuperaba su padre de quemaduras de primer grado, para recogerlo. Desde entonces a Julius le encanta la Navidad.

Julius babea recordando esas entrañables fecha tan llenas de bonitos recuerdos, pero, ¡NO!, Julius rápidamente se centra, deja escapar las últimas gotas de saliva viscosa y posa sus dedos llenos de cicatrices en el teclado, respira profundamente y? continua respirando profundamente, a Julius hoy no se ocurre nada que escribir, tantos días dejando pasar ideas y horas delante de la hoja en blanco y hoy solo deja pasar las horas. Julius no lo entiende, a Julius le gusta no entender las cosas, pero esto no le sirve de alivio, ya que hoy Julius ha decidido pasar de ser de ser un escritor vocacional a ser un escritor en apto.

Las horas están pasando y Julius sigue frente al teclado, inmóvil, cansado pero impasible. Julius tiene los músculos tensos de no moverlos en horas, pero Julius ha tomado una decisión. Las horas están pasando y Julius sigue frente al teclado, todavía inmóvil, más cansado y todavía impasible. Julius es todo un cumplidor.

La física que tanto le gusta a Julius continúa fiel a sus leyes, y tras el día, llega la noche, y con ella el sueño.

Julius se siente un poco atontado, con dolor de cabeza, pero eso no es lo que más le extraña, nota que su cabeza está demasiado horizontal para estar despierto, ¡MALDICIÓN!, exclama Julius, a Julius le gustan las palabras con significado negativo, como maldición, muerte, desolación y madre. Julius se incorpora silbando, para que nadie se dé cuenta que se ha dormido mientras intentaba trabajar.

Julius se incorpora silbando porque a Julius le va el rollo clásico. Julius sabe que no hay nadie en su casa, desde que mató al gato no hay nada vivo en su casa, pero aún así Julius se incorpora silbando.

Julius se incorpora silbando y enfrente suyo el destino ha obrado el milagro. La pantalla está parcialmente en blanco, solo manchada por las letras que ha escrito al dejar caer la cabeza sobre el teclado cuando se ha dormido involuntariamente.

Julius sonríe satisfecho. Julius sabe valorar el trabajo bien hecho, acaba de escribir su primer cuento corto. Julius ha pasado de ser un perpetuo escritor vocacional a ser un escritor en apto.

Julius coge el ratón lo mueve hasta hacer coincidir una pequeña punta de flecha blanca encima de un cuadrado rojo en el que hay una pequeña cruz blanca y pulsa el botón de la izquierda. Julius ve un como aparece una ventana en la pantalla del ordenador que le pregunta algo, le da dos opciones, Sí, No y Cancelar. Julius no se lo piensa, responde No, a Julius le gusta las palabras con significado negativo, como maldición, muerte, desolación, madre y No.




Este relato esta basado en el personaje de Julius, que apareció en el programa de RNE 3 Especia Melange.

Inspetor Clouseau.
?It won't be easy, that is why I have always failed where others have succeeded!?

sábado, enero 28, 2006

Antes de la batalla

Por todo lo que debimos pensar
y no pensamos.
Por todo lo que debimos decir
y no dijimos.
Por todo lo que debimos hacer
y no hicimos;
te imploramos, oh señor, misericordia.
(te imploramos, dios, tu benevolencia.)

Oración de Omar Ibn Fadlhan



He aquí que veo a mi padre.
He aquí que veo a mi madre,
a mis hermanas y mis hermanos.
He aquí que allí veo el linaje de mi pueblo
¡hasta sus principios!
y he aquí que me llaman.
Me piden que ocupe mi lugar
entre ellos,
en los atrios de Walhalla;
el lugar donde viven los valientes
para siempre.

Oración antes de la última batalla de la película El Guerrero nº 13