lunes, diciembre 25, 2006

Benditas hostias

Ante según que experiencias en la vida, una amiga mía emplea la siguiente frase:

Bendita sea la hostia que me acabo de dar.

Símplemente ¡Glorioso!

Muchas gracias, Isabel ;)

La rosa

Te regalé una rosa. Pero la rosa perecerá. Su color se apagará. Su aroma desaparecerá; sus hojas marchitarán y al suelo caerán. Al final, nada de ella quedará.

Tengo otra rosa para ti. Desde el primer día la he visto crecer. Nada pude hacer para evitarlo. Así que todos los días la miro. Todos los días la cuido. Todos los días me admiro, de verla tan hermosa.

No te daré esta rosa. Porque aunque te gusta, se que no la quieres. La abrazaré con dulzura todas las mañanas. La besaré con amor todas las noches.

Esta rosa, para mi desgracia, no es de las que mueren.

Estupidez humana

La estupidez humana no está acotada superiormente, siempre se puede encontrar un ser humano más estúpido que el anterior. Si alguien me dice que esta relación no es posible en un conjunto finito le diré que mire la cara de sus congéneres en el metro un día cualquiera y que lo vuelva a pensar. No hace falta que se desanime ni que llore, con que asienta levemente es más que suficiente.
Leido aquí.

jueves, diciembre 21, 2006

Las claves de la prosperidad

Reglas de la Buena Suerte:

  1. La suerte no dura demasiado tiempo, porque no depende de ti. La Buena Suerte la crea uno mismo, por eso dura siempre.

  2. Muchos son los que quieren tener Buena Suerte, pero pocos los que deciden ir a por ella.

  3. Si ahora no tienes Buena Suerte tal vez sea porque las circunstancias son las de siempre. Para que la Buena Suerte llegue, es conveniente crear nuevas circunstancias.

  4. Preparar circunstancias para la Buena Suerte no significa buscar sólo el propio beneficio. Crear circunstancias para que otros también ganen atrae a la Buena Suerte.

  5. Si dejas para mañana la preparación de las circunstancias, la Buena Suerte quizá nunca llegue. Crear circunstancias requiere dar un primer paso... ¡Dalo hoy!

  6. Aun bajo las circunstancias aparentemente necesarias, a veces la Buena Suerte no llega. Busca en los pequeños detalles circunstancias aparentemente innecesarias..., pero ¡imprescindibles!

  7. A los que sólo creen en el azar, crear circunstancias les resulta absurdo. A los que se dedican a crear circunstancias, el azar no les preocupa.

  8. Nadie puede vender suerte. La Buena Suerte no se vende. Desconfía de los vendedores de suerte.

  9. Cuando ya hayas creado todas las circunstancias, ten paciencia, no abandones. Para que la Buena Suerte llegue, confía.

  10. Crear Buena Suerte es preparar las circunstancias a la oportunidad. Pero la oportunidad no es cuestión de suerte o azar: ¡siempre está ahí!



Síntesis: Crear Buena Suerte únicamente consiste en... ¡Crear circunstancias!

Si a estas alturas, todavía no entendeis nada... recordad que el cuento de la Buena Suerte no está en vuestras manos por casualidad.

sábado, diciembre 09, 2006

Las reglas del juego

Regla de Oro: Haz a los demás lo que te agradaría que te hicieran a ti. Esta regla no toma en consideración las diferencias humanas.

Regla de Plata: No le hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti.

Regla de Bronce: Haz a los demás lo que ellos te hagan. Paga el bien con el bien, pero el mal con justicia (Confucio). Si el enemigo se inclina hacia la paz, inclínate también hacia la paz (Bill Clinton). Lo malo es que si se sigue para responder al mal, se entra en un estado de vendetta inacabable (la violencia engendra violencia).

Regla de Hierro: Haz a los demás como te plazca, antes que ellos te lo hagan a ti.

Regla de Hojalata: Trata de ganarte el favor de los que están por encima de ti y abusa de los que tienes debajo. Esto sería aplicar la regla de Oro para los superiores y la de Hierro para los inferiores.

Selección por parentesco: Privilegia en todo a tus parientes cercanos y haz lo que quieras a los demás. También llamada nepotismo.

Estrategia tal para cual: Coopera primero con los demás y luego haz lo que ellos te hagan. Esta conducta recibe el nombre de altruismo recíproco.

Carl Sagan, Miles de millones