domingo, noviembre 15, 2009

La única razón

Hay algo acerca de ti que no sabes. Algo que negarás siquiera que exista, hasta que sea demasiado tarde para hacer algo al respecto.

Es la única razón para levantarse por la mañana. La única razón por la que aguantas al mierda de tu jefe, la sangre, el sudor y las lágrimas. Lo haces porque quieres que la gente sepa lo bueno, atractivo, generoso, salvajemente divertido e inteligente que eres. Temedme o veneradme pero, por favor, pensad que soy especial.

Compartimos una adicción: somos yonquis de la aprobación ajena. Todos aguantamos por la palmadita en la espalda y el reloj de oro: el jodido hip, hip, hurra.

Fíjate en el chico listo con la insignia, sacándole brillo a su trofeo. Sigue brillando, diamante loco. Porque no somos más que monos trajeados suplicando la aprobación de los demás. Si supiéramos eso, no haríamos esto. Alguien nos lo está ocultando, y si tuvieras una segunda oportunidad, preguntarías: ¿por qué?

Jake Green, Revolver

lunes, agosto 10, 2009

Comunidad, Identidad, Estabilidad

Todo condicionamiento se dirige a lograr que la gente ame su inevitable destino social.

No cabe civilización alguna sin estabilidad social. Y no hay estabilidad social sin estabilidad individual.

No se pueden fabricar coches sin acero; y no se pueden crear tragedias sin inestabilidad social. Actualmente el mundo es estable. La gente es feliz; tiene lo que desea y nunca desea lo que no puede obtener. Está a gusto, a salvo; nunca está enferma; no teme la muerte; ignora la pasión y la vejez; no hay padres ni madres que estorben; no hay esposas ni hijos ni amores excesivamente fuertes. Nuestros hombres están condicionados de modo que apenas pueden obrar de otro modo que como deben obrar.

Hay que elegir entre la felicidad y lo que la gente llama arte puro. Nosotros hemos sacrificado el arte puro...

La felicidad real siempre aparece escuálida por comparación con las compensaciones que ofrece la desdicha. Y, naturalmente, la estabilidad no es, ni con mucho, tan espectacular como la inestabilidad. Estar satisfecho de todo no posee el encanto que supone una lucha justa contra la infelicidad, ni el pintoresquismo del combate contra la tentación o contra una pasión fatal o una duda. La felicidad nunca tiene grandeza.

La felicidad universal mantiene en marcha constante las ruedas, los engranajes; y no la verdad y la belleza.

Aldous Huxley, Un mundo feliz.

sábado, julio 18, 2009

Cualquier tiempo pasado fue mejor

Observa a tu alrededor: hace tan sólo cuatro generaciones, la inmensa mayoría de las cosas de las que te sirves en tu vida cotidiana eran sueños imposibles, incluso para los más poderosos: la electricidad, el televisor, un equipo de sonido, el teléfono móvil, ordenador, aire acondicionado, calefacción, automóviles, aviones... una lista interminable.

Ahora, obsérvate a ti mismo. Hace cien años, muy posiblemente tendrías los dientes carcomidos, apestarías, una simple miopía de 4 dioptrías te imposibilitaría muchas vivencias, no sabrías qué son las vacaciones, muchas infecciones te postrarían en dolores, tendrías un 75% de posibilidades de ser analfabeto y, entre otro gran surtido de lindezas, sería todo un mérito que vivieras más allá de la media de edad, que estaba en los treinta y cinco años. A pesar de lo jodido que estarías, y para acabarte de rematar, te tocaría pagar impuestos a tus señores y a los jerarcas de una religión impuesta.

Joaquín Lorente, Piensa, es gratis

domingo, junio 14, 2009

Ruedas y olas (o la forma de ver las cosas)

Podríamos empezar así:
Vaya.
Una y otra vez dando la misma vuelta y sin saber por qué.
Mirando anodino, laxo y hasta vulgar el devenir de las cosas que suceden a mi alrededor como si de un espectador se tratase y no del protagonista de mi historia.
Sí, el devenir, el transcurrir, el empezar y acabar, empezar y acabar, empezar y …
Otra vez aquí y parece que nada haya cambiado. Otra vez entre el delirio y la pena, pena que se da uno mismo.

Pero también podríamos empezar así:
Vaya.
La fortuna me ha vuelto a traer aquí, al sitio donde mis pensamientos se hacen realidad y mis ideas toman forma.
Otra vez la vuelta que gira y me devuelve la oportunidad que se me esfumó como se pierde la arena entre las manos de un niño que hace castillos en la playa. Las olas deshacen una y otra su mágico castillo, pero eso no le quita ni la mínima intención, ni la mínima energía para volver a levantar esa que ha de ser su fortaleza soñada.
Como rueda que gira y que gira la vida siempre te devuelve aquella oportunidad que se te escapó. Lo única que has de hacer es verla esta vez.
Tu visión ha madurado y la reconocerás cuando te vuelva.
Mientras, seguiremos haciendo castillos de arena y creyendo engañar al mar, aunque son sus olas las que vienen una y otra vez y siempre vendrán.

jueves, mayo 14, 2009

El paso del tiempo

¿Quiénes somos cualquiera de nosotros? ¿Somos una persona fijada al nacer? ¿Crecemos como una bola de nieve dando tumbos por la montaña de la vida? ¿O podemos cambiar, mudar de piel? El gusano se convierte en mariposa abandonando los restos de su antiguo ser.

Ojeo mi anuario escolar de fotos del instituto católico central de William, curso del 81, y me pregunto: ¿quién es ese extraño? Que me cuelguen si lo sé. Tal vez se supone que no debamos saberlo. Tal vez de eso se trate este alegre devenir por el mundo.

Robert Frost dijo: Bailamos en el corro y suponemos, pero el secreto está en el centro y lo sabemos.
Chris Stevens

sábado, enero 03, 2009

Más extraño que la ficción

En ocasiones, cuando nos perdemos en el miedo y la desesperación, en la rutina y en la constancia, en la desilusión y la tragedia, habría que dar gracias a Dios por las galletas glaseadas de Bavaria. Y, afortunadamente, incluso cuando no hay galletas, aún nos puede reconfortar una mano conocida acariciándonos, o un gesto amable y cariñoso, o un apoyo sutil para respirar la vida, o un abrazo tierno, o unas palabras de consuelo. Y no olvidemos las camillas de hospital, y los tapones para la nariz, y la repostería que sobra, y los secretos susurrados, y las Fender Stratocaster y, tal vez, alguna que otra novela.

Y hay que tener en cuenta que todas estas cosas, los matices, las anomalías, las sutilezas que creemos que no son más que complementos en nuestras vidas, de hecho están presentes por una causa mucho mayor y más noble: están para salvarnos la vida.

Sé que la idea resulta extraña, pero también sé que es la pura verdad.

Karen Eiffel, Stranger than fiction

jueves, enero 01, 2009

Sabiduría oriental

Te preocupas demasiado por lo que ya fue y por lo que será.

Hay un dicho: el ayer es historia, el mañana es un misterio, sin embargo, el hoy es un regalo. Por eso se le llama presente.

Maestro Oogway