Una vez tuve un sueño,
y supe que se haría realidad.
Así fue.
El sueño cobró vida
en otra vida.
Pura casualidad.
Otra vez tuve otro sueño.
También supe que se haría realidad.
Y se hizo,
en otra vida.
¿Pura casualidad?
De nuevo tuve un nuevo sueño
y de nuevo otra vida lo vivió.
Ya no quiero soñar más.
Pero he de seguir soñando vidas
para que otros,
ladrones de sueños,
las vivan por mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario