lunes, diciembre 25, 2006

La rosa

Te regalé una rosa. Pero la rosa perecerá. Su color se apagará. Su aroma desaparecerá; sus hojas marchitarán y al suelo caerán. Al final, nada de ella quedará.

Tengo otra rosa para ti. Desde el primer día la he visto crecer. Nada pude hacer para evitarlo. Así que todos los días la miro. Todos los días la cuido. Todos los días me admiro, de verla tan hermosa.

No te daré esta rosa. Porque aunque te gusta, se que no la quieres. La abrazaré con dulzura todas las mañanas. La besaré con amor todas las noches.

Esta rosa, para mi desgracia, no es de las que mueren.

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