martes, marzo 07, 2006

La buena estrella de Joe Lewis

Joe Lewis acostumbra a despertarse de sus largas siestas con una mezcla de nuevo cansancio, malas pulgas y energía renovada. Joe Lewis es muy constante para echarse sus siestas pero absolutamente inconstante para todo lo demás que le suponga el más mínimo esfuerzo. Joe Lewis es curioso así que enciende la televisión y observa distraído las noticias de la noche. Joe Lewis acostumbra a dormir mucho, así no tiene que convivir con su propia indolencia. Sin embargo, Joe Lewis es curioso y se entusiasma fácilmente. Escucha con atención la noticia del lanzamiento de una nueva sonda espacial y Joe Lewis se sonríe, porque es inteligente. "Como las carabelas de Colón partiendo a descubrir la ruta de las especias por el oeste" se dice con autosuficiencia pues conoce ese dato y vuelve a sonreír, satisfecho de haber podido aportar su granito de sabiduría a tamaña empresa científica. No en vano Joe Lewis es una persona leída. Tiene una carrera aunque no ejerce pues para ello tendría que esforzarse muchísimo más que para prepararse las chuletas que le permitieron aprobar los aburridos exámenes. "Tengo una carrera", se dice complaciente mientras se arrellana en su sofá y vuelve a abandonarse a las noticias vespertinas.

No obstante, Joe Lewis es apasionado. Recuerda cómo de niño le interesó la noticia de aquella ballena varada en la costa y cómo rápidamente buscó todo lo relativo a las ballenas en las extensas enciclopedias familiares. Desde entonces Joe Lewis ha escuchado esa misma noticia decenas de veces y sigue sin comprender la extraña relación que mantienen las ballenas con las costas. Más aún desde que su padre, abogado de profesión, día sí y día también y entrando triste a casa anunciaba a su familia que ese mes tendrían que apretarse el cinturón pues había perdido un caso y tenía que pagar las costas. Joe Lewis es inteligente y leído pero nunca entendió la filia de las ballenas para con las costas, a no ser que fueran unos animales estúpidos carentes de todo sentido de la economía familiar y les encantara quedarse sin regalos de Navidad.

Joe Lewis es muy apasionado y también muy voluble. Es capaz de pasar de un estado de absoluta somnolencia a otro de gran dejadez, siempre y cuando eso no le suponga ningún esfuerzo. A Joe Lewis le gusta emocionarse y sentir. Puede soportarlo. Por eso su mente de científico le apunta la posibilidad de salir al balcón y contemplar la noche estrellada. "Ahí arriba está el planeta al que se dirige la sonda de la noticia" se dice muy excitado. Joe Lewis no acostumbra a mirar al cielo. Prefiere caminar mirando al suelo pues tal es su naturaleza práctica que siempre opta por observar el pavimento en busca de cacas de perro y esputos de viejos que sortear, aún cuando eso no le impida, si nadie lo ve, lanzar su pequeña y viscosa contribución al inmenso basurero que es la Tierra. Así pues, Joe Lewis sabe lo que es un planeta aunque nunca se haya preocupado de ver ninguno, ni siquiera el suyo. Él es leído, es inteligente y tiene una carrera. Y Joe Lewis lo sabe.

Abre la puerta del balcón y a pesar de la fría noche invernal se dedica durante varios segundos a otear el firmamento. Se siente decepcionado pues no consigue ver ningún astro y los planetas que él ha visto en libros eran enormes. Decepcionado y engañado sólo consigue atisbar un pequeño puntito blanco que, a pesar de brillar con persistencia y firmeza no deja de ser ridículo en su tamaño. "Puede que se hayan ido", se dice con tristeza. Joe Lewis es sabio y sabe que los planetas describen órbitas en su viaje alrededor del sol. Seguramente ha elegido el momento del año en el que los planetas sólo se pueden ver si se mira por detrás de su casa. Podría bajar a la calle pero eso significaría un gran esfuerzo para él, así que opta por quedarse quieto y sabiendo que los planetas se desplazan en órbitas, quizás alguno pase pronto delante de él.

Joe Lewis es paciente y persistente en su indolencia. E intenso. Es tan intenso que una vez trató de convencer durante dos horas a una amiga para que tomara un café con él. Cuando por fin lo consiguió su amiga le informó de que ya era la hora de cenar y que la tenía comprometida. "Quizás por eso accedió a tomar ese café conmigo", observó Joe Lewis. Definitivamente, Joe Lewis es intenso. Por eso no desfallece tras los primeros minutos de observación infructuosa. Tras una breve pero intensa reflexión, Joe Lewis cae en la cuenta de que su campo de visión puede verse ampliado si mira hacia arriba. Es una posibilidad que no se le había ocurrido pues Joe Lewis acostumbra a mirar hacia el suelo. De repente el cielo se ilumina y en el cenit descubre un amplio disco blanco recortado contra un cielo casi azulado por la luz. Entre asustado y emocionado, Joe Lewis retrocede hasta la barandilla del balcón con tan mala fortuna que se agarra a un macetero suelto y ambos, el macetero y él, se precipitan al vacío. Pero Joe Lewis no se preocupa pues no es la primera vez que visita el suelo desde esa altura. De niño acostumbraba a impresionar a su familia tras la cena de Nochebuena anudándose al cuello el mantel de cuadros rojos de su madre para después lanzarse por el balcón llevando tras de sí restos de turrón y cucharillas enganchadas a los flecos del mantel. Ni que decir tiene que tanto sus progenitores como sus parientes más cercanos disfrutaban sobremanera de esa ingeniosa recreación de Superman que, entusiasmado, Joe Lewis repetía cada año hasta que con catorce estuvo a punto de no cumplir los quince. Ahora Joe Lewis se aferra con fuerza al macetero y, mientras cae, el tiempo parece detenerse contemplando el maravilloso planetoide blanco que flota en el cielo. Y sonríe con una amplia sonrisa hacia la amable cara que le mira. Joe Lewis también es muy amable y atento.

Joe Lewis yace junto a los restos del macetero en el frío suelo de la acera. Oye a la gente alrededor suyo inquieta y aterrada llamando a las asistencias. Joe Lewis sigue sin preocuparse. Se imagina controlando la situación pues es una persona muy serena y nunca pierde la calma. Como es tan inteligente, rápidamente le viene a la cabeza una de las leyes de Murphy: "Si eres capaz de mantener la calma mientras alrededor tuyo todo el mundo pierde la suya y se rasga las vestiduras de desesperación, entonces es que no has entendido bien el problema", o algo así, se dice. Joe Lewis se sonríe recordando la frase pues se sabe culto, inteligente y sereno. Pero esta vez, en efecto, no entiende el problema en absoluto. Ya no sonríe. Joe Lewis sabe, en el fondo, que no es sino un fraude.

Nota: El personaje de Joe Lewis está inspirado en Julius, personaje creado por Inspector Clouseau, a su vez inspirado en el personaje de Julius, creado por el programa de Radio 3 "Especia Melange", con los cuales guarda un innegable parentesco.

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