Cuando vayas a la aventura, deja alguna huella de tu paso, ella te guiará al regreso: una piedra colocada sobre otra, unas hierbas aplastadas por un bastonazo. Pero si llegas a un lugar infranqueable o peligroso, piensa que la huella que has dejado podría extraviar a los que puedan seguirla. Vuelve entonces sobre tus pasos y borra la huella. Y esto está dirigido a cualquiera que desee dejar en este mundo huellas de su paso. Aun sin quererlo, siempre dejamos huellas. Responde de las tuyas ante tus semejantes.
Cuando los pies no quieren llevarnos más, se camina con la cabeza. Y es cierto. Tal vez no corresponda al orden natural de las cosas, pero, ¿no es mejor caminar con la cabeza que pensar con los pies, como a menudo sucede?
René Daumal, El Monte Análogo
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