jueves, octubre 06, 2005

Nuestros Ulises

Si aún no has leído las sirenas de Ulises (ver más abajo), te recomiendo que lo leas antes y luego vuelvas aquí.
Y si tienes opinión, me encantaría leerla. Gracias amigo lector.

Amigos, todos tenemos sirenas. Sí, pero unos sirenas de ahora, tiernas, dulces, bellas y buenas, y otros sirenas de antaño. Las sirenas que temían los griegos. Las sirenas sabias, pero embusteras. Aparentemente frágiles, pero realmente duras, frías y traicioneras.
Aquellas sirenas que poseían el conocimiento y hacían enloquecer al que las oía.
El propio Ulises se hizo atar al mástil mayor de su embarcación para poderlas oír y resistir la tentación de lanzarse al abismo del mar.

Pero hoy en día ¿qué sirenas tenemos? ¿qué sirenas creemos tener?
Pensamos que somos nosotros quienes las rescatamos. ¡Ilusos de nosotros! Son ellas quienes vienen a nuestro rescate o nos empujan a nuestro vacío.
Pero siempre hay un Ulises y a él debemos aferrarnos.

No sabemos como o mediante quien se presenta nuestro Ulises. Aquello o aquel que nos hace salir indemnes del encuentro con nuestras sirenas. Puedes ser tú, puede ser algo, puede ser un acto o puede ser una cosa.

Pero no he dicho quienes son ahora esas sirenas. Nuestras sirenas están dentro de la mente. De la mente de cada uno. Tú tienes las tuyas y yo tengo las mías. No son mejores ni peores, solo son las de cada uno. Son las ideas. Son los pensamientos. A veces nos reconfortan, pues son gratos y buenos. Otras veces nos atormentan y queremos deshacernos de ellos. Esas son nuestras sirenas, bellas y bondadosas o crueles y malvadas.

Para lo bueno o para lo malo nos gusta recrearnos en nuestras sirenas, en nuestros pensamientos. Cuando son buenos es maravilloso, pero ¿qué pasa si son malos?
Si son malos necesitamos de nuestro Ulises. Podemos ser nosotros mismos, o como he dicho puede ser cualquier cosa.

Pero lo más importante es encontrar a Ulises y dejar en mar a las sirenas y a nosotros en tierra firme. Si tú no hayas tu Ulises, haz que este sitio sea él.

Por todos los buscadores y por todos los Ulises: Casi seguro que todos tenemos de ambos...

1 comentario:

nali dijo...

No sé si podré identificar este lugar como mi Ulises. No sé si en vez de un lugar será un alguien. Sólo puedo decir que estas tus palabras me hacen pensar en ti como el capitán de un barco que, aun sabiéndose perdido, confía en su intuición y experiencia para arrimarse a tierra. De modo que gracias. Tal vez consigas, junto a jact que fue el que me invitó al barco, darme el empujoncillo que necesitaba para que esos pensamientos inconexos que pululan por mi interior se conecten, completando mis sirenas para que canten (griten en estos lares) con voz alta y clara.