Lo que perturba a los seres humanos no son las cosas, sino las opiniones acerca de ellas. [...]
Por tanto, cuando algo nos contraríe, nos perturbe o nos aflija, no hemos de culpar al prójimo sino a nosotros mismos, es decir, a nuestras opiniones. Es propio de ignorantes acusar a otros cuando algo les va mal; en cambio, culparse uno mismo es propio de quien comienza a aprender. Y no culpar ni a los demás ni a sí mismo es lo que hace quien ya ha acabado de formarse.
Epicteto
No hay comentarios:
Publicar un comentario